Sirena

   ¡Vaya mujer que has resultado ser! Tú no eres cualquier mujer, y por lo mismo no mereces un varón cualquiera, tú mereces un hombre de verdad, uno que pueda llenarte, complacer y satisfacer cada rincón de tu cuerpo y alma de hembra; mi lucha es por convertirme en uno de ellos.
 
   Hay instintos en el hombre, instintos del cuerpo e instintos del alma, generalmente nos dominan los del cuerpo, pero si sabemos apreciarlos bien no son instintos separados, sólo que los humanos somos hedonistas, preferimos el placer por comodidad.

   Mi instinto de hombre es el de proteger, cuidar, transformar y generar; proteger algo o a alguien; una razón, un ideal, una mujer, cuidarlos para que nada les pase ni sufran daño; transformar el entorno, mi mundo con ello y con ella, generar cosas productivas y bellas, engendradas por lo mejor de mi, un cambio, una mejora o un hijo, es instinto vital y ontológico, es una lástima que seamos tan ciegos ante eso porque de ese modo sólo estamos condenados a perecer.

   Me das fuerza, paz y calma, eres como un ángel que inesperadamente se ha aparecido para salvarme. Gracias por quererme como soy. Yo te quiero como eres.