Hoy me puse a imaginar que todos estaban locos y que yo sabía que estaban locos, que estaban fuera de esta realidad, viendo cosas que en verdaderamente no existían, hablando de cosas que no eran ciertas. Me puse a imaginar que tenía que evitar a toda costa escucharlos, así como debían los marineros evitar a las sirenas, sabía que si los escuchaba caería en las garras de la locura, también me devoraría.
Corrí y corrí tapándome los oídos, alejándome de todos, espantado y casi sin esperanza, por mi mente sólo pasaba la idea de era cuestión de tiempo para ser contagiado, sería un Ulises sin cuerdas ni cera, una victima más, tal vez el último.
Corrí y corrí tapándome los oídos, alejándome de todos, espantado y casi sin esperanza, por mi mente sólo pasaba la idea de era cuestión de tiempo para ser contagiado, sería un Ulises sin cuerdas ni cera, una victima más, tal vez el último.
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