Explicación

Tengo la extraña sensación de que justo cuando te pienso tú también estás pensando en mi, como si el pensarnos y el extrañarnos no fuera casual, que cuando te extraño con mayor fuerza es la misma fuerza con que tú me extrañas a mi, y que del mismo modo, cuando no te pienso tú tampoco lo haces conmigo, como ´si el extrañar a alguien fuera una especie de fuerza o campo magnético entre dos imanes (tú y yo) que ejercen cierta atracción o repulsión mutua simultaneamente. Yo digo que así es el extrañar o el pensar a alguien, son de esas cosas que no puedes comprobar como pasan porque no le puedes exponer tus ideas a alguien que no ves ni tienes contacto, pero siempre te puedes imaginar como es que ocurren.

Pienso que si de repente escucho un poema que te gustaba y me acuerdo de ti espontáneamente eso genera una especie de chispa en ti al mismo tiempo en que yo he comenzado a pensarte, como si tú en mi mente me despertara a mi en la tuya y viceversa. Que tal vez sí tu me recuerdas al notar algo con respecto a la primera película que vimos en el cine, o la estrofa de alguna canción que yo te cantaba o que escuchamos juntos y a ambos nos gustaba, tal vez una palabra, una frase de un lenguaje raro con que se comunican dos niños en la calle o en el camión, así como nosotros lo haciamos, que a raíz de eso tú comienzas a pensar en mi, generás la chispa en mi mente y sin saber porque yo ya estoy también pensando en ti, como por generación espontánea, pero no, no es así sino que tú te estás creando a ti misma en mi mente al pensarme a mi, que así es como nos pensamos al mismo tiempo.

Esas ocasiones en que aparezco furtivo por tu mente generas tu la chispa de pensar en mi que activa en mi la chispa de pensarte, como una especie de energía mental invisible, como un cálido halo de nuestras almas, viajando y encontrándose en el eter invisible, ese eter que es nuestro eter, de nosotros solamente, porque sólo existe entre tú y yo. Y que si el eter está azul o verde, también nosotros estamos azules o verdes, que si el eter está quieto también nosotros quietos, que si el eter gira como un remolino caótico entonces somos remolinos caóticos, que si el eter comienza a implosionar imposionamos con él, nuestras almas se recuerdan y desean estar juntas y entonces tendemos a extrañarnos como una manifestación secundaria de nuestra naturaleza más ontológica, como una especie de deseo y anhelo de estar cerca el uno por el otro.

Ya sé que todo esto no se puede saber, pero así es como me gusta imaginar que te extraño.