¿Quién era yo antes de olvidar quien soy ahora?

19.5.10

Cron

En la mítica y legendaria ciudad de Cron, los hombres habían llegado ya a tal grado de avance y desarrollo científico y tecnológico que cuestiones tales como la vida, y la vida después de la muerte eran temas ampliamente comprobados. Se sabía que después de la vida, o mejor y dicho de otro modo, después de la muerte, (por demás está decir que me refiero a la muerte biológica) se sugería otro tipo de existencia. La ciencia había llegado a corroborar ciertos estados alternos de la energía consciente, y aunque no se podía hablar propiamente de un post-existencia plenamente material, sí se podía hablar de dicha existencia postrera ya que los experimentos siempre arrojaron información acerca de ese otro estadio vital, como los estudiosos habían acordado en llamarlo.

Con respecto a la tecnología, ya se estaba preparando el primer portal vital interdimensional, y aunque todavía en fase experimental, se podían hacer ya los primeros contactos entre los dos tipos de existencia, entre ambos estados de la materia y la energía, es decir, entre los vivos y los "muertos". Aunque supuso y trajo consigo algunos problemas de carácter filológico. Fueron algunos niños de la ciudad de Cron los primeros en plantearlo;

-Pero si los muertos no desaparecen, ni se esfuman ni nada, entonces no están muertos ¿entonces qué son mamá?

-Ay hijo, eso todavía no se sabe, los científicos aun no tienen nombre para ellos, es más, ni siquiera han discutido la cuestión.

-¿Porqué si no están vivos ni están muertos entonces que están?

Y así podía verse a muchos niños preguntar lo mismo a sus padres. Por su parte los científicos, al no poder evitar el problema nominal comenzaron simplemente a llamarles los No Muertos, puesto que ya se ha dicho antes que no estaban muertos, refiriéndose a la muerte como ese cese de la actividad existencial, sin embargo y por otro lado, alguien más (seguramente algún lingüista) sugirió que era mejor llamarlos los No Vivos, puesto que ni falta que hacía hacer énfasis en la idea de la muerte, sino más bien en la diferenciación con respecto nosotros, a los vivos. Todo fue un tremendo caos de lenguaje, por lo que al final, todos optaron por llamarles simplemente los No. Mientras tanto, la muerte estaba pasando a estar literalmente muerta, es decir, se convertía en sólo una palabra para designar una idea obsoleta, falaz y arcaica.

Así es que los experimentos continuaron, y de este modo, las primeros contactos entre los vivos, y los No, comenzaron a casuar furor en toda la ciudad.

-¿Cómo será el mundo de los No? ¿Será igual al de nosotros? ¿Cómo serán ellos? ¿Tendrán un cuerpo como el de nosotros, harán las mismas cosas? ¿Serán de pura energía? ¿Serán eternos los no?

Todos se hacían infinidad de preguntas y se deleitaban realmente imaginando ese mundo y existencia posterior, era una realidad, la muerte ya no era un misterio sino algo real y palpable, todo un nuevo mundo por descubrir. Los niños por supuesto, eran los que las mejores preguntas tenían al respecto, incluso eran los que mejores imaginaciones tenían respecto al mundo de los no, muchas de estas imaginaciones quedaron corroboradas al establecer contacto con los No.

Sin embargo, entre los adultos, era precisamente la idea de la eternidad la que más los emocionaba, por fin la ciencia había derrotado a la muerte, aunque con cierto tipo de trampa por supuesto y no por cuenta propia, pero bien, tenemos que la había superado a fin de cuentas. Sin embargo, la decepción no tardó en llegar cuando en los primeros contactos los No, revelaron que en dicho plano de existencia ocurría algo raro que aún no acertaban a explicarse, eso era que después de “morir” y dejar el plano físico para pasar a ocupar esa segunda existencia, pasado cierto lapso de existencia y estancia ahí; ¡plaf! desaparecían sorpresiva, espontanea y asombrosamente, como por arte de magia. Y decían que no había relación alguna entre el tiempo de estancia en el mundo de los No y su desaparición, es decir, que un No recién llegado, con apenas unos segundos de estancia en dicho mundo, tenía las mismas posibilidades de desaparecer que un No que ya había permanecido por más de mil años ahí. Era esto algo inexplicable, pero sin duda ayudaba a que desaparecieran todas esperanzas de eternidad por parte de los vivos. Aun quedaba la amenaza de esa extraña "muerte verdadera" cómo es que ya la había comenzado a llamar todos los No.

Por lo demás, no había algún tipo de organización social, si es que podía llamárseles así, sino más bien que distintos No, tendían a agruparse sin parámetro de referencia alguno, era como un instinto natural de fusionarse unos con otros, sin embargo no se perdían las conciencias individuales, era como una especia de acercamiento más a Dios, por decirlo de algún modo, los No sólo se juntaba, estaban, contemplaban y permanecían. El problema era cuando alguno de estos desaparecía y de nuevo todos tenían que tender a reagruparse. A dichas e inexplicables desapariciones, los No les llamaban “la segunda muerte” o “la muerte verdadera” y nada más sabían explicarse de lo que sucedía después de ella. No sabían si se cesaba de existir definitivamente o sí efectivamente se pasaba a otro tipo de existencia superior. Era algo parecido a lo que la primera muerte fue un tiempo entre los vivos.

A pesar de todo y sin embargo, esa segunda muerte no fue obstáculo para que las nuevas creencias trajeran consigo nuevas prácticas sociales en el mundo de los vivos. Mucha gente comenzó a suicidarse, pues al no contar ya con el temor a la muerte, al menos de la primera, todos aquellos que estaban insatisfechos con su actual vida, tenían ahora como mejor opción terminar de manera tajante con sus tristes vidas. Y de cierto modo eran más optimistas que el resto, puesto que si ya no le temían a una primera muerte menos le iban a temer a la segunda, preferían truncar sus vidas pensando que era sólo un atajo a otras mejores, a una segunda, tercera, cuarta, incluso infinidad de ascención de vidas, al fin de cuentas, ideas como la eternindad ya comenzaban a ser mejor aceptadas que las de un fin y una muerte absoluta. Hasta las historias populares de fantasmas tenían ahora también su propia explicación científica; no eran más que rupturas, fallos en el flujo cuántico de la energía cósmica, pequeñas grietas, leves y tenues intermitencias entre la energía y la materia, decían los científicos.

Lo que alarmó sobremanera a la sociedad fue el aumento de suicidios en tan poco tiempo, pues parecía que cada vez se multiplicaban y eran mayores la cantidad de personas que creían que ya no valía la pena seguir viviendo en este mundo material que tantos sufrimientos traía, y que sí bien ya estaba extinta la creencia acerca de la reencarnación, al igual que las de todos los fílosofos materialistas, y hasta la idea religiosa de un cielo y un infierno, al menos Dios sobrevivía aunque perdía ya bastante credibilidad y capacidad de atemorizar a los simples mortales, que en su propia concepción ya no se sentían tan simples y comenzaban a sentirse algo especiales, cosa que sólo contribuyo a desarrollar más su histórico ego, por supuesto. Hubo quienes propusieron hacer una total emigración hacía el nuevo mundo, olvidarse de el plano material y comenzar una nueva era de la humanidad, muchos hasta imaginaban con establecer un nuevo orden en el mundo de los No, podrían crearse sociedades, se crearían asombrosas ciudades, por fin la humanidad tendría razones serías para pensar en un verdadero progreso, claro que los que pensaban esto eran los más tontos, ya que ninguna distinción tomaban en cuenta entre la diferencia material-energético entre ambos planos, hubo otros mucho más aventurados y hablaban de una nueva era de seres humanos nómadas como lo fuimos en un principio, que esa era nuestra verdadera naturaleza, cósmicos nómadas hacía otros planos superiores. Esto conllevo a acaloradas discusiones políticas, ético- filosóficas, científicas, metafísicas y morales con respecto a la vida y las nuevas vidas y muertes después de esta.

Y así mientras los vivos discutían y se suicidaban con más frecuencia, los primeros estragos comenzaban a darse en el mundo de los No. Al suponer las llegadas frecuentes y recurrentes de cada nuevo exvivo, convertido en un No, se tendían más frecuentemente también a reestructurar y reorganizar las esencias de los No, cosa que está por demás decir era una verdadera molestia. Del mismo modo, también aumentaron los ceses de existencias, o “segundas muertes” de los No, recién llegados. Así que el temor no se hizo esperar, la segunda muerte parecía entonces una especie de castigo para los No más ambiciosos, lo que hacía suponer que se trataba de la muerte definitiva. Todo esto se sabía porque los experimentos científicos por parte de los vivos nunca cesaron, y el portal vital interdimensional seguía siendo la ambición de estos, poder acceder hacía el mundo de los No, sin riesgo de dejar de existir, y con la certidumbre de poder regresar siempre con los vivos. Bien es que aun no se lograba esto, pero los contactos de voz, funcionaban muy bien ya, al menos se podían saber más cerca de los No, y estos podían establecer cierta especie de contacto con los seres queridos que habían dejado, aunque más bien era al revés, los vivos eran quienes ansiaban contactarse, mientras los No, sólo eran felices, permaneciendo y contemplando, así que llegaron a considerar a los vivos como cierta especie de plaga. Los vivos sólo seguían ansiando que el portal interdimensional estuviera listo, y claro no faltaron los ricachones capitalistas que ya imaginaban los precios de los viajes vitales interdimensionales, guías túristicas, y el tipo de cosas que mejor se venderían en dichos viajes.

Se había librado a la muerte, pero parecía que sólo era una mala broma de ella, se había disipado una duda, pero esta disipación conllevaba miles de dudas más, los hombres se creían más sabios, cuando en realidad se volvían más ignorantes. Ciertamente, quisieran o no, los habitantes de la ciudad de Cron entraban, a una nueva era, desconocida, emocionante, aunque difusa. Sólo algún par de personas sensatas, propusieron compartir el descubrimiento con otra de ciudad de igual prestigio científico y encontrar juntos una respuesta clara, la ciudad de Zen, sin embargo, estos hombres no tenían ni la más remota idea de los asombrosos, fantásticos y paradójicos descubrimientos a los que la ciencia de los habitantes de Zen, habían llegado ya.

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